miércoles, 9 de mayo de 2018

ANOTACIONES. Daniel Maguiña.



El poeta español Abelardo Linares dijo alguna vez que hay mil formas para escribir mala poesía, pero ninguna para la buena. Al parecer, Daniel Maguiña reunió todas esas mil formas en un solo libro. “Anotaciones” es un puterío impublicable de diatribas, disfrazadas de literatura de vanguardia, cuyos textos deberían figurar en la colección “Shit poetry” que aparece en una conocida película con John Cusack.  Supera largamente en estupidez a “Buena suerte, Peter Parker” de Rafael Robles y, si hablamos de “poemas” individuales, cualquier texto de “Anotaciones” es peor que, por ejemplo, “Residuos”, del poemario "Estimado cliente" del mexicano Rodrigo Flores (si no lo han leído, entren a este link, no tiene pierde). Y si hablamos de versos o simples párrafos, hay mucho material involuntariamente hilarante como:
“Eres el oxígeno de mis hidrógenos, la chapita de mi Kola Inglesa”, “Siento tus patas al lado de mis ojos, la falange y el tarso en mi orilla”… y demás pavadas por el estilo.
Realmente es vergonzoso que una editorial, por más que sea una editorial dirigida por un estafador, inunde los anaqueles con engendros como este mamotreto, pero como los billetes y el egocentrismo suelen combinarse para tal efecto, tenemos resultados como “Anotaciones”.  Veamos una página para terminar de convencer a los lectores:

Para decirlo de una vez, lo único bueno que tiene este libro autofinanciado es que apenas tiene 40 páginas. Es cierto que casi todas estas cosas las escribió poco antes de los 18 años, pero es allí precisamente donde uno puede darse cuenta si lo que ha hecho realmente vale la pena. El propio autor dice que entonces "no tenía la plata" para publicar, que la tuvo 6 años después. Yo pregunto: ¿Y en seis años no pudo reflexionar y arrepentirse de haber elaborado estas páginas? Por tanto, no tiene excusa la juventud que tenía cuando las escribió.

Por allí leí una crítica que dice, más o menos, así: "Gracias al riesgo de introducir en su registro el lenguaje de la calle, el autor salva a sus poemas de lo pueril". Bueno, yo no sé cómo puede haber algo más pueril que "Nos necesitamos como el hierro necesita a la vitamina A, si tú eres cateto yo soy hipotenusa". ¿Para esto llevó un taller de poesía en la Católica, con López Degregori? Es como llevar un curso de piano clásico y terminar produciendo reggaetón, como el colombiano Pipe Flores, por ejemplo.
Y finalmente, tengo entendido que Daniel Maguiña ahora está más dedicado a la ilustración. Pues que le vaya bien allí, pero ya basta de llamarle poeta. ¿Poeta? Por favor, Diego Miró Quesada es Gustavo Adolfo Bécquer al lado de este cojudo.

MAGUIÑA, Daniel. "ANOTACIONES". Lima, 2008. Editorial Zignos. 40 pp.