jueves, 28 de junio de 2018

EL ÚLTIMO PISCO SOUR. Néstor Nataniel Cornejo Jones.


He visto el perfil de este autor y por lo visto le gusta hacer gala de haber paseado por toda Europa. Bueno, alguna confusión de lenguajes le debe haber ocurrido porque lo que contiene este libro con lo justo parece español. Y a propósito...¿dice que esto se publicó en Madrid? Por lo visto en España también hay editoriales de mierda que no corrigen y buscan la plata fácil (y en efecto, así es, porque esta editorial Osiris tiene una larga lista de denuncias que se pueden comprobar fácilmente buscando en internet). Hay tal cantidad de errores ortográficos y de redacción en este libro que es increíble. Para este señor no existen reglas para el uso de la c, s y z, por tanto escribe "que se ize la bandera" en lugar de "ice" y "cabezitas" en vez de "cabecitas"; pone cosas como "fiestesitas" con s, o "jovensita", igualmente. Asimismo, sale con usos verbales inexistentes como "Uno debe morirse cuando Dios quiere - providenció el profesor" y huachaferías como "y sacando un puñal dramatúrgicamente les corta una oreja" o "Ella yuxtapuso sus manos sobre el corazón". Se nota que a este señor le encanta inventar palabras como si eso fuera un mérito de por sí, por ejemplo: "Nuestros ojos averdosolados" o "melodea otra vez su voz". Y ni hablar de reglas de redacción: aquí hay bellezas como: "Tampoco no hubo tiempo" o "La prensa, ni nadie, no tendrá porque saberlo".Y eso por mencionar solamente unas cuantas perlas de esta maraña de oraciones casi ininteligibles.

En cuanto al contenido, el libro se compone de pequeñas historias inverosímiles que se tiran una sobre otra; la más absurda trata de un grupo de escolares chilenos obligados a disparar contra peruanos en un colegio binacional, en la época de la dictadura pinochetista. Gran parte del libro se gasta en una excursión escolar por monumentos, plagada de diálogos francamente estúpidos ("Grau tenía su casa de playa en Piura. Seguro que se fue de campamento a Máncora",etc.). Y además, el autor tiene las agallas de crear una especie de obra musical sobre el fusilamiento de Leoncio Prado, donde todos terminan cantando:


En serio, ¿qué le pasa a este compadre? ¿Qué es eso de "por mi patria a a a a" y "moriré contento o o o o"? Pero lo que sí constituye el colmo ocurre casi al principio, donde aparece la carta erótica más cómica que leído en mucho tiempo: tuve que ajustarme la correa para evitar que me saliera una hernia por las carcajadas.



Lo último que voy a decir es esto: si este señor tiene los cojones para burlarse de los héroes de la Guerra del Pacífico, permítame entonces que me burle de usted. No se queje. Alguien le tiene que decir que no tiene talento para este arte. Y otra cosa: puede publicar cuanta tontería se le ocurra con esa seudo editorial que le cobra 120 euros por 100 ejemplares sin corregir, pero ir por aquí y por allá promocionándose con el título de escritor... por favor, para eso hay que ser bien, pero bien huevón.

NELSON NATANIEL CORNEJO JONES. "El último pisco sour". Madrid, 2012, Ediciones Osiris, 142 pp.