lunes, 23 de julio de 2018

VOCES DE LUNA LLENA. Fernando Ampuero.


¡De pie, señores! Un clásico de la mala literatura se halla frente a vuestros ojos. Ya que la FIL LIMA 2018 tiene programado un homenaje al autor, me permito unirme a las celebraciones para festejar este libro incalificable, tan absurdo que Ampuero debió haberse retirado de la poesía ante las primeras críticas, pero no fue así, insistió con un segundo poemario y no solo eso sino que, actuando como el rey del cuento que se vistió con un traje invisible sin que nadie se atreviera a decirle que estaba desnudo, reunió la mayoría en un volumen de lujo al precio de 100 soles, con presentación y todo en la Escuela Nacional de Bellas Artes. El que puede, puede, aunque apuesto que Nerón hacía mejores poemas pulsando su lira mientras se quemaba Roma.
Son muchas las páginas que permiten calificar a este fallido volumen como un verdadero crimen poético, comenzando casi desde el principio con esta belleza:


A través de las páginas de "Voces de Luna Llena", Ampuero, sin recato alguno, desuella el arte de Erató con versos tan hilarantes que harían reír a las tortugas de las islas Galápagos donde vivió cuando era mochilero. Me permito presentar como evidencia de la fiscalía el siguiente poema:


En serio, ¿qué le picó a Ampuero, salvo el bichito de la pituquería de nariz alta que lo lleva a hacer su voluntad sin que nada le importe, para publicar este libro? ¿No le dio vergüenza dar a conocer, por ejemplo, un texto donde impulsa a la gente a que se lo coma, con los siguientes versos?:"Estoy expuesto en una vitrina, inmóvil e iluminado / Con etiqueta de precio. Ven a mí, ¡ven a mí, carajo! / ¿No ves que estoy fresco como un fantasma de menta?" ("Faena de pesca", pág. 28). ¿No le importó destrozar a Neruda con "Cómo no cagarme otra vez de que tiriten, azules, los astros a lo lejos"? ("Oración del nuevo amorío", pág. 45).
Lo que no entiendo es qué pensaba Jaime Campodónico al arruinar su colección del Sol Blanco con este material: "Para lo único que nos sirve esta loca canción, querida mía / es para señalar esa cosa /(no, ¡esa no, por Dios! /, la que está más allá) /, la que bosteza pequeñas burbujas y se agita y corre / con el ridículo bamboleo de una avestruz asustada" ("Canción de travesías", pág. 25).
Ojalá hubiera ocurrido lo que el propio Ampuero dice en "Trino vespertino": "Me detendrán una estas noches en cualquier calle oscura / ... revisarán mis bolsillos y descubrirán / Mis rugosos papeles, mis endebles poemas (...) / Seré avergonzado en público y me callarán para siempre". Ojalá hubiera sido así y Ampuero no hubiera vuelto a enlodar la poesía peruana con cosas como el "Tango de los semáforos" o el "Tango del automovilista" o el tristemente célebre minipoema "El mejor lugar para llorar" (se pueden leer en línea). Ojalá siga nada más con su narrativa que a nadie le provoca infartos. Finalmente, ya que el autor se permite parafrasear el poema 20 de la forma sacrílega que ya hemos descrito más arriba, permítanme a mí entonces terminar parafraseando a Leon Gieco: "Solo le pido a Dios... que Ampuero ya no escriba poesía...".

AMPUERO, Fernando. "VOCES DE LUNA LLENA". Lima, 1998. Jaime Campodónico / Editor (Colección del Sol Blanco). 54 pp.

viernes, 20 de julio de 2018

FERIA DEL LIBRO FIL LIMA 2018

Se inauguró la Feria del Libro de Lima - 2018 y pronto estaré ahí para examinar las porquerías y mediocridades que deben haber entre tantos libros juntos pero no revueltos. Hay buenos autores pero también otro figuretis que no valen la entrada. A ver qué encuentro.