viernes, 17 de agosto de 2018

SOLO, LA ULTIMA AVENTURA. Gordon Tuam

George Stewart Bernui Velarde, con el seudónimo de Gordon Tuam, es un médico de emergencias que no cree en eso de zapatero a tus zapatos y, por lo visto, tampoco cree mucho en la literatura. De lo contrario no habría menoscabado el arte de la narrativa con este abanico de páginas desperdiciadas, una obra tan abúlica que solamente sería útil cuando el empleado de alguna farmacia se ponga terco y no quiera vender alprazolam sin receta: basta con repasar seis o siete páginas de este sedante literario para quedar plácidamente dormido, sin necesidad de pastilla alguna, por lo menos dos días seguidos.
Con una portada que no tiene nada que envidiar a las de las copias piratas de manuales de autoayuda, el Dr. Bernui se manda con una paporreta de más de 100 páginas para hablarnos de un tipo a quien le fue pésimo con sus tres mujeres, tanto que al último, cuando le iban a salir bien las cosas, se muere, y como todo está narrado en primera persona, resulta que todo el relato estaba siendo contado por un muerto. En este caso, un muerto tan aburrido y tan mal escritor que sería capaz de mandar a la tumba a quien sea con su falta de talento. Yo retaría al Dr. Bernui a leer su libraco ante una audiencia y darle una consulta gratuita a cualquiera que no bostece: su consultorio estaría desierto al día siguiente.



El autor ni siquiera se molestó en buscar una editorial, sino que mandó imprimir su obra en uno de esos locales del jirón Rufino Torrico donde hacen facturas y solamente saben leer los dígitos de los billetes que les pongan delante. Hay tal cantidad de incorrecciones gramaticales y ortográficas en este libro que serían suficientes para llenar un estadio. Por ello, no sorprende que ya en las páginas de presentación se den el lujo de poner "AVECES" todo junto y encima en tipos de gigantografía para que sea más rochoso.



En cuanto al contenido, cualquier discurso de borracho en pollada pro fondos de loza deportiva es mucho más coherente que el potpurrí de barbaridades que este doctor mandó a imprimir. Y todo en letras grandes, para que digan que se partió el lomo escribiendo durante meses algo que podría entrar tranquilamente en treinta hojas. Esfuerzo inútil: lo único que consiguió fue exponerse como el responsable de una de las prosas más abominables de la década, como se puede comprobar fácilmente leyendo abajo:



Ahora bien, la edición puede ser un desastre, pero la responsabilidad del desarrollo de la trama (si es que hay alguna) pertenece al autor y allí no se le puede echar la culpa a las tildes faltantes. Las tres historietas que componen esta cosa, y la forma en que están escritas, francamente, dan más lástima que un gato atropellado por un trailer. En el momento en que escribo esto, el doctor está de viaje por Europa. Probablemente se lo tiene bien ganado con su trabajo, pero si va a seguir escribiendo novelas, mejor que se quede allá. Digo esto porque ya existe un libro previo de Gordon Tuam titulado "Emergencia: Un corazón en llamas". No sé cómo se atrevió a lanzar uno más, pero es obvio que el ego tuvo mucho que ver en semejante decisión. ¿Quieren ver la imagen de presentación de su libro anterior?


Yo creo que con eso es más que suficiente: una imagen vale más que mil palabras. Seguid viajando, caballero de oxidada armadura, que a vuestro retorno os espera un par de cabezas rotas que volver a armar y otros tantos abdómenes fileteados que habrá que suturar. Por el bien de la ecología, ojalá ya no se desperdicie más papel en otra novela de este alucinado doctor.

TUAM, Gordon. "SOLO, LA ÚLTIMA AVENTURA". Lima, 2012. George Bernui, Editor. 123 pp.

lunes, 23 de julio de 2018

VOCES DE LUNA LLENA. Fernando Ampuero.


¡De pie, señores! Un clásico de la mala literatura se halla frente a vuestros ojos. Ya que la FIL LIMA 2018 tiene programado un homenaje al autor, me permito unirme a las celebraciones para festejar este libro incalificable, tan absurdo que Ampuero debió haberse retirado de la poesía ante las primeras críticas, pero no fue así, insistió con un segundo poemario y no solo eso sino que, actuando como el rey del cuento que se vistió con un traje invisible sin que nadie se atreviera a decirle que estaba desnudo, reunió la mayoría en un volumen de lujo al precio de 100 soles, con presentación y todo en la Escuela Nacional de Bellas Artes. El que puede, puede, aunque apuesto que Nerón hacía mejores poemas pulsando su lira mientras se quemaba Roma.
Son muchas las páginas que permiten calificar a este fallido volumen como un verdadero crimen poético, comenzando casi desde el principio con esta belleza:


A través de las páginas de "Voces de Luna Llena", Ampuero, sin recato alguno, desuella el arte de Erató con versos tan hilarantes que harían reír a las tortugas de las islas Galápagos donde vivió cuando era mochilero. Me permito presentar como evidencia de la fiscalía el siguiente poema:


En serio, ¿qué le picó a Ampuero, salvo el bichito de la pituquería de nariz alta que lo lleva a hacer su voluntad sin que nada le importe, para publicar este libro? ¿No le dio vergüenza dar a conocer, por ejemplo, un texto donde impulsa a la gente a que se lo coma, con los siguientes versos?:"Estoy expuesto en una vitrina, inmóvil e iluminado / Con etiqueta de precio. Ven a mí, ¡ven a mí, carajo! / ¿No ves que estoy fresco como un fantasma de menta?" ("Faena de pesca", pág. 28). ¿No le importó destrozar a Neruda con "Cómo no cagarme otra vez de que tiriten, azules, los astros a lo lejos"? ("Oración del nuevo amorío", pág. 45).
Lo que no entiendo es qué pensaba Jaime Campodónico al arruinar su colección del Sol Blanco con este material: "Para lo único que nos sirve esta loca canción, querida mía / es para señalar esa cosa /(no, ¡esa no, por Dios! /, la que está más allá) /, la que bosteza pequeñas burbujas y se agita y corre / con el ridículo bamboleo de una avestruz asustada" ("Canción de travesías", pág. 25).
Ojalá hubiera ocurrido lo que el propio Ampuero dice en "Trino vespertino": "Me detendrán una estas noches en cualquier calle oscura / ... revisarán mis bolsillos y descubrirán / Mis rugosos papeles, mis endebles poemas (...) / Seré avergonzado en público y me callarán para siempre". Ojalá hubiera sido así y Ampuero no hubiera vuelto a enlodar la poesía peruana con cosas como el "Tango de los semáforos" o el "Tango del automovilista" o el tristemente célebre minipoema "El mejor lugar para llorar" (se pueden leer en línea). Ojalá siga nada más con su narrativa que a nadie le provoca infartos. Finalmente, ya que el autor se permite parafrasear el poema 20 de la forma sacrílega que ya hemos descrito más arriba, permítanme a mí entonces terminar parafraseando a Leon Gieco: "Solo le pido a Dios... que Ampuero ya no escriba poesía...".

AMPUERO, Fernando. "VOCES DE LUNA LLENA". Lima, 1998. Jaime Campodónico / Editor (Colección del Sol Blanco). 54 pp.

viernes, 20 de julio de 2018

FERIA DEL LIBRO FIL LIMA 2018

Se inauguró la Feria del Libro de Lima - 2018 y pronto estaré ahí para examinar las porquerías y mediocridades que deben haber entre tantos libros juntos pero no revueltos. Hay buenos autores pero también otro figuretis que no valen la entrada. A ver qué encuentro.

jueves, 28 de junio de 2018

EL ÚLTIMO PISCO SOUR. Néstor Nataniel Cornejo Jones.


He visto el perfil de este autor y por lo visto le gusta hacer gala de haber paseado por toda Europa. Bueno, alguna confusión de lenguajes le debe haber ocurrido porque lo que contiene este libro con lo justo parece español. Y a propósito...¿dice que esto se publicó en Madrid? Por lo visto en España también hay editoriales de mierda que no corrigen y buscan la plata fácil (y en efecto, así es, porque esta editorial Osiris tiene una larga lista de denuncias que se pueden comprobar fácilmente buscando en internet). Hay tal cantidad de errores ortográficos y de redacción en este libro que es increíble. Para este señor no existen reglas para el uso de la c, s y z, por tanto escribe "que se ize la bandera" en lugar de "ice" y "cabezitas" en vez de "cabecitas"; pone cosas como "fiestesitas" con s, o "jovensita", igualmente. Asimismo, sale con usos verbales inexistentes como "Uno debe morirse cuando Dios quiere - providenció el profesor" y huachaferías como "y sacando un puñal dramatúrgicamente les corta una oreja" o "Ella yuxtapuso sus manos sobre el corazón". Se nota que a este señor le encanta inventar palabras como si eso fuera un mérito de por sí, por ejemplo: "Nuestros ojos averdosolados" o "melodea otra vez su voz". Y ni hablar de reglas de redacción: aquí hay bellezas como: "Tampoco no hubo tiempo" o "La prensa, ni nadie, no tendrá porque saberlo".Y eso por mencionar solamente unas cuantas perlas de esta maraña de oraciones casi ininteligibles.

En cuanto al contenido, el libro se compone de pequeñas historias inverosímiles que se tiran una sobre otra; la más absurda trata de un grupo de escolares chilenos obligados a disparar contra peruanos en un colegio binacional, en la época de la dictadura pinochetista. Gran parte del libro se gasta en una excursión escolar por monumentos, plagada de diálogos francamente estúpidos ("Grau tenía su casa de playa en Piura. Seguro que se fue de campamento a Máncora",etc.). Y además, el autor tiene las agallas de crear una especie de obra musical sobre el fusilamiento de Leoncio Prado, donde todos terminan cantando:


En serio, ¿qué le pasa a este compadre? ¿Qué es eso de "por mi patria a a a a" y "moriré contento o o o o"? Pero lo que sí constituye el colmo ocurre casi al principio, donde aparece la carta erótica más cómica que leído en mucho tiempo: tuve que ajustarme la correa para evitar que me saliera una hernia por las carcajadas.



Lo último que voy a decir es esto: si este señor tiene los cojones para burlarse de los héroes de la Guerra del Pacífico, permítame entonces que me burle de usted. No se queje. Alguien le tiene que decir que no tiene talento para este arte. Y otra cosa: puede publicar cuanta tontería se le ocurra con esa seudo editorial que le cobra 120 euros por 100 ejemplares sin corregir, pero ir por aquí y por allá promocionándose con el título de escritor... por favor, para eso hay que ser bien, pero bien huevón.

NELSON NATANIEL CORNEJO JONES. "El último pisco sour". Madrid, 2012, Ediciones Osiris, 142 pp.

miércoles, 9 de mayo de 2018

ANOTACIONES. Daniel Maguiña.



El poeta español Abelardo Linares dijo alguna vez que hay mil formas para escribir mala poesía, pero ninguna para la buena. Al parecer, Daniel Maguiña reunió todas esas mil formas en un solo libro. “Anotaciones” es un puterío impublicable de diatribas, disfrazadas de literatura de vanguardia, cuyos textos deberían figurar en la colección “Shit poetry” que aparece en una conocida película con John Cusack.  Supera largamente en estupidez a “Buena suerte, Peter Parker” de Rafael Robles y, si hablamos de “poemas” individuales, cualquier texto de “Anotaciones” es peor que, por ejemplo, “Residuos”, del poemario "Estimado cliente" del mexicano Rodrigo Flores (si no lo han leído, entren a este link, no tiene pierde). Y si hablamos de versos o simples párrafos, hay mucho material involuntariamente hilarante como:
“Eres el oxígeno de mis hidrógenos, la chapita de mi Kola Inglesa”, “Siento tus patas al lado de mis ojos, la falange y el tarso en mi orilla”… y demás pavadas por el estilo.
Realmente es vergonzoso que una editorial, por más que sea una editorial dirigida por un estafador, inunde los anaqueles con engendros como este mamotreto, pero como los billetes y el egocentrismo suelen combinarse para tal efecto, tenemos resultados como “Anotaciones”.  Veamos una página para terminar de convencer a los lectores:

Para decirlo de una vez, lo único bueno que tiene este libro autofinanciado es que apenas tiene 40 páginas. Es cierto que casi todas estas cosas las escribió poco antes de los 18 años, pero es allí precisamente donde uno puede darse cuenta si lo que ha hecho realmente vale la pena. El propio autor dice que entonces "no tenía la plata" para publicar, que la tuvo 6 años después. Yo pregunto: ¿Y en seis años no pudo reflexionar y arrepentirse de haber elaborado estas páginas? Por tanto, no tiene excusa la juventud que tenía cuando las escribió.

Por allí leí una crítica que dice, más o menos, así: "Gracias al riesgo de introducir en su registro el lenguaje de la calle, el autor salva a sus poemas de lo pueril". Bueno, yo no sé cómo puede haber algo más pueril que "Nos necesitamos como el hierro necesita a la vitamina A, si tú eres cateto yo soy hipotenusa". ¿Para esto llevó un taller de poesía en la Católica, con López Degregori? Es como llevar un curso de piano clásico y terminar produciendo reggaetón, como el colombiano Pipe Flores, por ejemplo.
Y finalmente, tengo entendido que Daniel Maguiña ahora está más dedicado a la ilustración. Pues que le vaya bien allí, pero ya basta de llamarle poeta. ¿Poeta? Por favor, Diego Miró Quesada es Gustavo Adolfo Bécquer al lado de este cojudo.

MAGUIÑA, Daniel. "ANOTACIONES". Lima, 2008. Editorial Zignos. 40 pp.

domingo, 29 de abril de 2018

MIRANDO EL SEMAFORO. Bertha de León.


La autora de esta cosa es una de esas típicas señoras que publican libritos para que los vean en su círculo: hacen una presentación donde van todas las amigas y los parientes y luego terminan siendo repartidos en las reuniones sociales, regalados o desechados como el caso de este ejemplar, donde en la última página advierto con sorpresa que mandó a imprimir nada menos que 1,000 ejemplares. A diferencia de sus anteriores libritos, un poemario que no quisiera leer llamado "La paz esquiva" y uno de crónicas llamado "Los mejores 30 años de mi vida", ahora la doña se mandó con una especie de manual de recomendaciones para conductores, sazonado con algunas anécdotas y pequeñas imágenes de automóviles antiguos. Bueno, el resultado fue el esperable: tal autora, tal libro.




Aquí la doña (que me recuerda, no sé por qué, a una vendedora de turrones de la Avenida Tacna) ocupa papel que debería haber sido aprovechado en cosas más útiles, contando cómo fue que chocó con Pedrito Otiniano, o el caso del vecino que jamás lavó su carro cero kilómetros, o cuando Rosa María Palacios se cayó a un barranco, e incluso quejarse de que el diario "El Clarín" de Argentina le copió (seguramente mediante métodos de percepción extrasensorial) uno de sus artículos que ni siquiera ella misma había publicado sino que lo tenía solamente en la PC.
Pero lo que acabo de decir del artículo del Clarín no es tan alucinante como el "poema" que se lee en uno de los apartados, titulado "Pollitolandia". Luego de ver eso, queda claro por qué no quisiera leer el poemario que describo en el primer párrafo.


En la parte final termina agradeciendo por su participación en este libro a Batman, Cantinflas, Condorito, el grupo Kiss, la Chilindrina y hasta al Espíritu Santo. "No puedo con mi genio", dice. Bueno, yo tampoco, por eso le digo que su libro es algo que no tiene razón de existir y solamente lo hizo para darse el gusto. Eso sí, espero que sus amistades lo hayan disfrutado y que, aparte de los que regaló, ojalá haya vendido siquiera unos veinte ejemplares (aparte del mío, que me costó un sol en la cachina del costado de la Villarreal).

Bertha de León. "MIRANDO EL SEMÁFORO". Lima, 2010. Asociación Grupo El Principito. 120 pp.

miércoles, 4 de abril de 2018

TEMPLADO. Jorge Eslava.

Este es un diario ficticio "encontrado" por el autor quien incluso firma un prólogo diciendo que pertenecía a un alumno suyo a quien solamente enseñó en tercero de Secundaria. Con esto, Eslava incursiona en el submundo de la literatura juvenil basura (hay algunos buenos libros de literatura juvenil, pero es conocido que el 90% de este tipo de libros que se escriben hoy son bazofia), como aquella que puebla los huariques libreros del jirón Camaná, aunque originalmente "Templado" se conseguía en Crisol porque era un libro "recomendado" para el Plan Lector. Yo no sé qué puede tener de recomendable este chiste literario, a no ser que se pretenda engendrar una generación de jóvenes con la cultura de un chico reality.
Un adolescente de 14 años, que está en tercero de Secundaria, se hace humo el año 2001 dejando un diario sin terminar, que es hallado, dos años más tarde, por su profesor de literatura, es decir, el mismo Eslava porque así lo indica un prólogo de esos que meten al escritor dentro de la obra.

Aquí el autor considera que es común que un varoncito de esa edad puede escribir un diario decorado con florecitas; pero luego de examinarlo detenidamente, ni las más frívolas fanáticas de Justin Bieber escribirían con la prosa afeminada que figura en este seudodiario (y ojo, Eslava se da el lujo de decir en este libro que "Bayly escribía mariconadas"). Estoy seguro que hay más virilidad en los diarios de Nikki que en esta obra, pero a pesar de todo, ese no es preciamente el punto. El punto es que el producto final es un amasijo de páginas descuidadas, intrascendentes, con un lenguaje que nada aporta al desarrollo intelectual del adolescente y una verdadera agresión a los avances en materia de lectura que se pretende aplicar en los centros educativos.



Hay algunas cosas tan tristemente redactadas en este libro que, francamente, dan lástima. Por ejemplo, esta escena:


Por favor, no me digan que no sintieron una pequeña náusea con esa estupidez. Ahora imagínense a los escolares que tuvieron que leer todo el libro como tarea. Y ni hablar de las "notas del editor" (por supuesto, las escribió el propio Eslava), como esa que dice que la canción "Corazón espinado" viene del álbum "Santana featuring Maná"... no es así, pues, carajo, no hay que confundirse con los intérpretes, el álbum se llama "Supernatural" y con él Santana se metió nueve Grammys en el bolsillo.
Sentí escalofríos cuando me enteré que Eslava ya tiene escritos como veinte libros de literatura juvenil "a pedido de los promotores", pero se me congeló la sangre cuando supe que incluso hicieron una reedición de "Templado" el 2010 y no solo eso... ¿Pueden creer que un imberbe hizo un audiolibro de esta payasada y la subió a Youtube?



¿Cree acaso el autor que intercalando poemas, una canción de Silvio Rodríguez y plantándole al protagonista una bibliotecaria de 20 años que le recomienda buenos libros, es suficiente para decir que estimula de algún modo la lectura? No lo creo, y para remate, el libro no tiene un punto de llegada, pues el diario está incompleto y ni siquiera cobra sentido al final, cuando el chico descubre que su padre se tira a la bibliotecaria de marras, pues la vorágine que conduce a la debacle del joven no llega a término, dejando todo lo anterior en el aire.
Por supuesto, la explicación de por qué se editó este mamotreto fue aprovechar los buenos amigos que tiene el autor en el Ministerio y enchufárselo al Plan Lector, para poder sacarle alguito a través de los colegios, porque así funciona esta pequeña mafia... ¿No le da vergüenza, señor Eslava? ¿Hacer esto por unos cuantos soles adicionales provenientes de los bolsillos de los padres de familia? "¿Templado?" Por favor, señor Eslava, con todo respeto, este libro es una completa imbecilidad.

ESLAVA, Jorge. "TEMPLADO". Lima, 2004. Ed. Alfaguara (Grupo Santillana). 99 pp.

viernes, 30 de marzo de 2018

EL VENDEPATRIA. Robby Ralston.


Señor, en estos días en que se conmemora la pasión y muerte de tu Hijo Unigénito, aplaca tu ira y sálvanos de estos libros apestosos, al menos por el feriado largo. El año 2008 el publicista Robby Ralston escribió una historia acerca de cómo debía ser el país, en base a una idea que ya había concebido en 1988. Luego de 500 páginas, tuvo que aceptar su fracaso como escritor serio y decidió escribir una especie de sátira donde la solución para el país era venderlo a 3 billones de dólares; así, según él, a cada peruano nos tocaría 100,000 dólares. Para elllo creó una historia con un partido inexistente, "Partido Pragmático del Perú" con un candidato bufonesco. Para promocionar el libro hizo, en la vida real, una campaña mediática (con carteles en las calles, a los que poca gente hizo caso), abrió un perfil en Facebook e invitó a unirse a la "causa" a patitas como Carlos Galdós, Alberto Ñiquen (de La Mula) y al fenilcetonúrico Aldo Mariátegui (bueno, así le dice Rodolfo Ybarra). También hizo su videito, por supuesto. En este delirante proyecto, Ralston llamó incluso a asesores presidenciales y otra gente que no es necesario mencionar. Lo triste es que, al final de cuentas, el libro resultó un fiasco y Ralston quedó mal parado como experto publicista.
Los riesgos de hacer una sátira es que, si te sale bien, te ganas aplausos, pero si te sale mal te vas a la misma mierda. Cuando uno empieza a leer, abre los ojos por ver qué cosa podría ser merecedora de atención.  Pero, a medida que transcurren las páginas, uno se va dando cuenta de que Ralston no es Luis Freire ni tampoco Nicolás Yerovi. Ralston no tiene estilo, no tiene talento para hacer estas cosas.



Una quinta parte del libro la ocupan unos tweets que no hacen sino poner en evidencia la mentalidad pueril con que fue confeccionado este desperdicio. No soy fanático de la ecología, pero cuando pienso en todos los árboles que caen cada día para imprimir libros como este bodrio, me hierve el alma. Pero claro, qué le importa eso a Mesa Redonda con tal que le paguen, porque este libro fue financiado por una empresa llamada Tribal121, quien le encargó el diseño a otra llamada Taller4 y, una vez impresa, encargarle las relaciones públicas a otra llamada Number6. Es decir, todo un equipo de recursos humanos y materiales puestos a disposición de un puterío sin mérito alguno como es "El vendepatria".


No importa lo que Ralston muestra en su video, porque es en el texto donde muestra su corazón político, por eso en su mundo alterno Fujimori es liberado y Toledo condenado a tres años. Y por si esto fuera poco, se da el lujo de ridiculizar y tildar de "cojuda" a la actual conductora de Panorama (aunque no la mencione por su nombre) en la página 79. Todo un personaje este señor. La cosa no mejora cuando uno se pone a examinar lo que aparece en el sitio de Facebook dedicado a este engendro literario: "¿Quieres hijos bilingües? Vota por el Partido Pragmático del Perú". O, si quieres educación de primera, lo vendemos a Finlandia, etc. Yo pregunto... ¿este señor no tenía algo mejor que hacer con su tiempo y dinero? ¿Tan megalómano es Ralston que invirtió tanto para alucinarse el centro de la atención? Por ahí saldrá alguno diciendo, "sí, es su tiempo y su dinero". Pero publicarlo y pedir que la gente pague... ¡42 soles! para rendirle culto comprando su libro es otra cosa. Hay una edición digital por ahí, pero ni siquiera de ese modo les recomendaría leerlo: no les costará dinero, pero perderán su tiempo.

RALSTON, Robby. "EL VENDEPATRIA". Lima, 2015. Editorial Mesa Redonda. 123 pp.

miércoles, 7 de marzo de 2018

EL SÍNDROME DE NADIA - Alec Zander


Alexander Monsefú Mendoza esperó siete años para publicar "El síndrome de Nadia" en 2010, que había escrito el 2003, supongo que para hacerse primero de peculios que le permitieran emprender esta aventura de autopublicar en Calcomanía, un sello de Editorial Mesa Redonda.
La novela empieza describiendo un árbol familiar con demasiados detalles, mandándose con veinte personajes en el primer capítulo, varios de ellos innecesarios; pero eso es lo de menos. Lo primero que se nota al leer esto es la evidente pobreza de la prosa. Alec Zander no es un verdadero escritor, y uno debe resignarse a leer cosas como "Se limpiaba algunas lágrimas que irremediablemente habían brotado de sus ojos", o reírse con construcciones involuntariamente hilarantes como "Nadia no quería decirle a nadie". Algo que deberían saber los aficionados a relatar historias es esto: escribir el relato de un crimen con prosa de Corín Tellado es lo peor que se puede hacer. Porque esta prosa, señores, llena de lugares comunes, redundancias y cursilerías no tiene mucho más que ofrecer que la de Silvia Núñez del Arco. Para remate, Alec Zander no sabe articular debidamente las oraciones mediante la puntuación. En un párrafo, dice: "Mientras Félix perdió su empleo como profesor suplente", sin pausas, cuando lo que quiere decir es: "Mientras tanto, Félix perdió su empleo como profesor suplente...", y ese error se repite en otra página con "Mientras Flora...", etc.


Hay tal cantidad de texto de relleno en esta novela, que resulta penoso terminarla, así que para que no gasten su plata si la ven en alguna feria del libro independiente por ahí, les contaré todo: Nadia Damaro es la típica chica tímida que vive en la casa de una familia numerosa, los Griunde. La joven tiene pesadillas sangrientas y es acosada por su "tío" Roque (en realidad no lo es), pero los Griunde quieren casarla con el empresario Waldo Muniz. Hasta que un día, en un baño, alguien mata al empresario y todos le echan la culpa a Roque, porque también desapareció. En un final inverosímil, Nadia resulta ser una doble asesina, pues ella fue quien demolió al mencionado Roque, a palazos, en un baño (¿de dónde diablos sacó el arma, si llegó a la escena del crimen en la mototaxi del propio Roque?) y, adivinen, justo en ese momento aparece el empresario a sus espaldas, a quien liquida con la misma arma y, no conforme con eso, con sus cincuenta kilitos de peso, arrastra a Roque hacia su mototaxi (sí, todavía estaba vivo), lo sube, conduce hasta la orilla de un río y allí lo remata con el mismo palo, para después arrojarlo a las aguas con vehículo y todo. Ni Harley Quinn en Suicide Squad, señores. Y por si el disparate no fuera suficiente, ella le confiesa todo a su profesora de investigación, la doctora Berta Carrizo, y luego le pide "que la deje sola" para meterse a la tina y "descansar". Por supuesto, ya sabemos lo que eso significa, pero la gran "doctora" (¿de qué "universidad-academia", por Dios?) la deja nomás, para que se corte las venas en sus narices.


Lo último que ha publicado Alec Zander es un libro de cuentos titulado "Deambulando sueños", un título con el cual quiso trangredir el lenguaje y le salió algo sin patas ni cola. Examinando algunos adelantos de los cuentos posteados en dicho libro (que se hallan en el blog del autor) y comparándolos con "El Síndrome de Nadia", es evidente que a la editorial solo le importa la plata que pueda sacar publicando a este señor, sin preocuparse de que no haya hecho nada por corregir sus defectos.

Alec Zander. "EL SÍNDROME DE NADIA". Lima, 2010. Editorial Mesa Redonda (Sello "Calcomanía"). 109 pp.

sábado, 3 de marzo de 2018

SOBRE LOS MOTIVOS PARA ESCRIBIR ESTE BLOG


Si alguien me vende un libro con la promesa de que es bueno, pero resulta todo lo contrario, tengo derecho a protestar y hay muchas formas de hacerlo. Yo he optado por esta manera: haciendo un blog para decir lo que pienso de determinadas publicaciones que me han hecho sentirme estafado. Después de todo, he pagado mi plata, los autores que van a desfilar aquí no son de los que regalan las cosas. Hay algunos pocos casos en los que no he pagado el precio, sino que encontré los libros en remate, pero no eso no quita el derecho de hablar por quienes sí fueron víctimas de estos malos autores.
Una de las cojudeces que a veces salen de boca de ciertos gendarmes de la sociedad consiste en decirle a algún crítico: "¿Y si no te gusta para qué lo lees?", cuando es evidente que para comentar sobre un libro hay que leerlo primero. Pero en un país con tantos de estos cojuditos rondando en los ambientes literarios es necesario hacer algunas aclaraciones.
Leer un libro malo de principio a fin, a regañadientes, es labor de gente que se obliga a efectuar un comentario sobre la obra en su conjunto. Si a un lector cualquiera no le va agradando lo que va leyendo, puede dejar el libro a un lado, del mismo modo que puede salirse del cine cuando una película es una completa mierda. Confieso que dos veces me salí del cine. Pero sí he dejado a medias media docena de novelas, hasta que me cansé y me dije... bueno, si me van a estafar con 25 o hasta 59 soles, tengo que devolverles algo. Y para ello tuve que soplarme las obras completas: solamente así uno puede emitir juicios sobre lo que se ha leído.
Así que decidí hacer este blog, con todos los libros mediocres que han caído en mis manos. Que estas reseñas sean una advertencia para los futuros compradores de este material. Termino esta entrada diciendo que no se fijen en lo que dicen las propias editoriales o los halagos de los amigos. Uno puede tener cien amigos y seguir siendo un mediocre escritor, como todos los que aparecerán en este blog.